Región del Litoral (Argentina)
La región del Litoral comprende la zona del territorio argentino formada por la Mesopotamia argentina (Misiones, Corrientes y Entre Ríos) junto con Chaco, Formosa y Santa Fe, que son provincias bañadas por los grandes ríos de la cuenca del Plata. Asimismo antiguamente el actual Uruguay y el Paraguay integraron la región Litoral hasta que la Argentina reconoció su independencia. Esta región histórica y cultural está comprendida por las costas y zonas adyacentes del río Paraná, el río Uruguay y las islas del Delta del Paraná. Su gentilicio eslitoraleño. Fitogeográficamente corresponde a las selvas de la provincia fitogeográfica Paranaense que se transforman en sabanas y bosques xerófilos hacia la región central y sur.
La palabra Litoral sugiere a un territorio con costas en un mar o en el océano, sin embargo en el caso del actual Litoral Argentino ninguna de las provincias litoraleñas tiene directa salida al mar o al océano. La denominación geográfica adviene desde tiempos del dominio español, épocas en las cuales (como sucedía durante el Virreinato del Río de la Plata) el extremo oriental de la Argentina tenía directa salida al mar por El Tapé, la Banda Oriental e incluso por la Guayrá.
Luego de inicios del siglo XIX, ya ocupadas las salidas directas del Cono Sur en el noreste hacia el océano por los luso-brasileños, la palabra "Litoral" quedó restringida a las provincias que tenían la posibilidad de transportes ultramarinos al poseer costas en los principales ríos de la Cuenca del Plata. Esta zona que llegaba hasta el extremo noreste de la provincia de Buenos Aires, poseyó rasgos culturales característicos, principalmente por sus sustratos charrúas y guaraníes. La identidad de El Litoral se reforzó incluso con las inmigraciones de fines de siglo XIX
Luego de inicios del siglo XIX, ya ocupadas las salidas directas del Cono Sur en el noreste hacia el océano por los luso-brasileños, la palabra "Litoral" quedó restringida a las provincias que tenían la posibilidad de transportes ultramarinos al poseer costas en los principales ríos de la Cuenca del Plata. Esta zona que llegaba hasta el extremo noreste de la provincia de Buenos Aires, poseyó rasgos culturales característicos, principalmente por sus sustratos charrúas y guaraníes. La identidad de El Litoral se reforzó incluso con las inmigraciones de fines de siglo XIX
VESTIMENTA
Mujer: peinado a dos bandas con trenzas. Blusa de algodón, con mangas abullonadas y escote amplio con volados o puntillas. Pañuelo en la espalda o cabeza. Falda fruncida hasta media pierna de algodón. Faja tejida. Enagua, calzones blancos y alpargatas.
Varón: boina o chambergo. Camisa. Pañuelo como corbatín o en la espalda. Faja vasca. Tirador de carpincho o vaca con bolsillos. Bombacha amplia. Polainas y alpargatas
COMIDAS
Por la mañana, el mate es un ritual. Acompañado de algunas hierbas del lugar o cascaritas de naranja, esta infusión es un símbolo del país y un motivo para el encuentro familiar y de amigos. La ronda comienza. Todos beben del mismo mate, mientras degustan un sabroso chipá. La esencia está en compartir.
Hacia el norte de la región Litoral es clara la influencia de la cultura guaraní en la gastronomía de la zona. Los platos típicos del lugar se elaboran con materias primas frescas y de estación. Platos típicos basados en la mandioca (hervida, frita y asada), en la harina que de ella se produce - chipa, mbeyú, caburé, reviro- y en el maíz: pororó, yopará, chipa guazú. También los pescados de río forman parte de la mesa litoraleña. Los más sabrosos son la boga, el surubí, el pacú, el sábalo, el bagre y otros peces de cultivo como la tilapia y el bagre africano. Las guarniciones suelen variar entre frescas verduras, mandioca y productos de estación. Para la elaboración de postres se emplean delicadamente las frutas del lugar, propias de zonas tropicales: mamón, naranja, mandarina, ananá, palta, mango, guayaba y mburucuyá. La originalidad de los chefs se hace evidente en estos postres que resaltan el sabor y la textura de los frutos. Irresistibles resultan aquí los curiosos caramelos de madera, los alfajores de harina de mandioca y los frescos helados de mburucuyá y yerba mate.
CELEBRACIONES RELIGIOSAS Y PAGANAS
Historia de la Virgen de Itatí
La Virgen de Itatí, que se venera en el santuario de la localidad homónima, surgió luego de que el franciscano Luis de Bolaños llevara a esta imagen de la Virgen en 1589 a su lugar actual. La imagen está tallada en timbó y el rostro en nogal; el nombre de la Pura y Limpia Concepción de Itatí viene de la lengua guaraní "ita", roca, y "tí ", blanca, o sea, “piedra blanca”, por los yacimientos de cal que estaban junto al arroyo Caleria.
Luego de que la Virgen de Itatí fuera traída de la reducción de Ciudad Real, provincia de Guayrá, los franciscanos la llevaron consigo hacia el sur, a Guayrá, debido a los constantes ataques de los indígenas. En ese lugar levantaron un oratorio y colocaron a la Virgen, pero un ataque de aborígenes hostiles destruyó el lugar y la imagen de la Virgen Inmaculada desapareció.
Según la tradición la imagen habría sido encontrada en el curso del alto Paraná, no lejos del puerto de Santa Ana, por un grupo de indios. Estos vieron a la Virgen Inmaculada sobre una piedra rodeada de una luz muy brillante y acompañada de una música sobrenatural. Fray Luis Gámez ordenó el inmediato traslado de la figura a la reducción, pero la imagen volvió a desaparecer en dos ocasiones, retornando a su lugar cerca del río.
Los religiosos comprendieron cuál era la voluntad de la Santa Madre, y se dispuso el traslado del asentamiento a esos parajes. En 1615 (1580 según otras versiones) el puerto de Santa Ana quedó abandonado, y fray Luis de Bolaños fundó la nueva reducción a la que da el nombre de "Pueblo de Indios de la Pura y Limpia Concepción de Nuestra Señora de Itatí". Con el tiempo, el lugar comenzó a conocerse simplemente como Itatí, y fray Luis de Gamarra, párroco del lugar, fue el primero en dar a conocer los milagros de la Virgen. El 16 de julio de 1900, la imagen fue solemnemente coronada por voluntad del Papa León XIII. Fue entronizada con el nombre de Reina del Paraná y reina del Amor. El 3 de febrero de 1910, el Papa Pío X creó la diócesis de Corrientes, y el 23 de Abril de 1918, la Virgen de Itatí fue proclamada su patrona y protectora.
La Virgen de Itatí, que se venera en el santuario de la localidad homónima, surgió luego de que el franciscano Luis de Bolaños llevara a esta imagen de la Virgen en 1589 a su lugar actual. La imagen está tallada en timbó y el rostro en nogal; el nombre de la Pura y Limpia Concepción de Itatí viene de la lengua guaraní "ita", roca, y "tí ", blanca, o sea, “piedra blanca”, por los yacimientos de cal que estaban junto al arroyo Caleria.
Luego de que la Virgen de Itatí fuera traída de la reducción de Ciudad Real, provincia de Guayrá, los franciscanos la llevaron consigo hacia el sur, a Guayrá, debido a los constantes ataques de los indígenas. En ese lugar levantaron un oratorio y colocaron a la Virgen, pero un ataque de aborígenes hostiles destruyó el lugar y la imagen de la Virgen Inmaculada desapareció.
Según la tradición la imagen habría sido encontrada en el curso del alto Paraná, no lejos del puerto de Santa Ana, por un grupo de indios. Estos vieron a la Virgen Inmaculada sobre una piedra rodeada de una luz muy brillante y acompañada de una música sobrenatural. Fray Luis Gámez ordenó el inmediato traslado de la figura a la reducción, pero la imagen volvió a desaparecer en dos ocasiones, retornando a su lugar cerca del río.
Los religiosos comprendieron cuál era la voluntad de la Santa Madre, y se dispuso el traslado del asentamiento a esos parajes. En 1615 (1580 según otras versiones) el puerto de Santa Ana quedó abandonado, y fray Luis de Bolaños fundó la nueva reducción a la que da el nombre de "Pueblo de Indios de la Pura y Limpia Concepción de Nuestra Señora de Itatí". Con el tiempo, el lugar comenzó a conocerse simplemente como Itatí, y fray Luis de Gamarra, párroco del lugar, fue el primero en dar a conocer los milagros de la Virgen. El 16 de julio de 1900, la imagen fue solemnemente coronada por voluntad del Papa León XIII. Fue entronizada con el nombre de Reina del Paraná y reina del Amor. El 3 de febrero de 1910, el Papa Pío X creó la diócesis de Corrientes, y el 23 de Abril de 1918, la Virgen de Itatí fue proclamada su patrona y protectora.
San La Muerte
Es un personaje o entidad venerada en el la antigua región guaranítica de América del Sur y principalmente en territorios del Paraguay del noreste de Argentina, principalmente en la provincia de Corrientes y en menor medida en Misiones, Chaco, Formosa y, al sur de Brasil (Paraná, Santa Catarina, Río Grande del Sur), desde los 1960s debido a las migraciones internas el culto se ha extendido a ciertas zonas de la provincia argentina de Santa Fe y, especialmente, al Gran Buenos Aires.
Sus imágenes sirven de amuleto o payé, suelen ser talladas (a excepción de la guadaña que se le añade) en una sola pieza de madera dura, hueso (en ocasiones huesos humanos), plomo etc. Se trata de estatuillas: las más altas miden 15 cm, las más pequeñas suelen medir tres centímetros y representan a un esqueleto humano con una guadaña cuya hoja es de lata. El mango de la guadaña se apoya en una plataforma a la altura de la cintura estando por su parte toda la imagen generalmente ubicada sobre otra plataforma, esta es la representación más frecuente, aunque existen estatuillas con la figurilla sentada o acuclillada, sin guadaña, con las manos apoyadas en el mentón o en la nuca: estas posturas corresponden con la iconografía católica para el Señor de la Paciencia.
Otros nombres
Además de San La Muerte se le llama: Señor de la Buena Muerte, Señor de la Paciencia, San Justo Nuestro Señor de la Buena Muerte, Nuestro Señor de Dios y la Muerte, San Esqueleto , Ayucaba, Señor que Todo lo Puede (particularmente en Formosa), San Severo de la Muerte (especialmente en Corrientes y en Formosa), o – a veces por temor– solamente San.
Imágenes del Señor San la Muerte:
Su guadaña:el Señor San la Muerte posee en su mano derecha una guadaña para impartir justicia. Señala el poder que Dios le ha dado, para impartir sobre los hombres.
Su figura esquelética que representa la similitud con todos los seres humanos, y que esta libre y desarraigado de todo pecado, sus ojos rojos: representa su conocimiento de todos los seres humanos en sus sangres. Su sonrisa demuestra el regocijo del conocimiento del ser humano ante él.
Sus mantos o capas pueden estar representados de distintos colores: negro, blanco o rojo, todos refieren al mismo señor San la Muerte, manifiestan las diferentes energías con que el devoto se acerca a él.
Su mirada ante el mundo desde su posición justa que Dios le ha otorgado para determinar las justas decisiones.
Representaciones de distintas posiciones de su imagen: La Santa Paciencia: en cuclillas, representando la búsqueda del ser humano en su reflexión ante sus anhelos y el desarrollo de la paciencia de manera de elaborar sabiduría. La Justicia, Parado con la guadaña. El Guardián: el rey sentado en el trono.
Todas las imágenes y distintas formas que poseen refieren al mismo Santo al poderoso y fiel San la Muerte.
Veneración
Este amuleto no se considera eficaz si no está bendecido, pero siendo considerado parte de un culto no cristiano la iglesia se niega a realizar bendiciones de la estatuilla o cualquier representación de San La Muerte, por este motivo sus devotos acuden a las misas católicas con estas representaciones y cuando el cura imparte la bendición el portador toma a la imagen con sus manos así le "transmite" la bendición, una alternativa es pedir la bendición de la figura a dos personas que sean consideradas católicas.
San La Muerte –se cree– hace a sus portadores invulnerables a los daños (maleficios y desgracias) y en cambio les atraen el amor y la buena fortuna, la creencia popular se basa en pedirle rezando al Santo y a cambio ofrecerle las cosas que más le gusta. Desde golosinas, wisky, cigarrillos, o flores.
Usualmente se le ponen velas (bujías, candelas) y/o se le escriben oraciones. El culto a San La Muerte aunque no tiene "días canónicos" sí considera especiales al Viernes Santo y al Día de los Fieles Difuntos.
Origen
Se encuentra en la religión guaranítica. Algunas naciones veneraban los huesos de los antepasados a quienes pedían protección contra los fenómenos naturales y las fuerzas espirituales malignas. (Otras temían el contacto con los restos humanos y los evitaban) En tiempos de las Misiones jesuíticas guaraníes, la creencia se mezcló con elementos de la fe católica, pudiendo afirmarse que el origen se puede rastrear en este sincretismo.
Existen relatos sobre el origen de este personaje, que lo describen como a un monje que fue ejecutado en la hoguera. Se pueden encontrar varias versiones de esta leyenda. Éstas, no constituyen mas que pruebas de la asombrosa y fértil imaginación del pueblo.
Principales sitios de devoción
En la provincia de Corrientes, RN 12 kilómetro 983 se encuentra un santuario que ha ido creciendo con los años. En Resistencia (Chaco), se le rinde una festividad el 15 de agosto de cada año.
Los 16 de agosto de cada año se realiza la fiesta en forma multitudinaria en el "Santuario Sede" de calle De la Peña 1505 Wilde, Avellaneda, Provincia de Buenos Aires, Argentina. Con vigilia el dia anterior y luego una peregrinación. Todos los años grupos de folklore y chamameseros se acercan a festejar en familia y junto al Santo.
Es un personaje o entidad venerada en el la antigua región guaranítica de América del Sur y principalmente en territorios del Paraguay del noreste de Argentina, principalmente en la provincia de Corrientes y en menor medida en Misiones, Chaco, Formosa y, al sur de Brasil (Paraná, Santa Catarina, Río Grande del Sur), desde los 1960s debido a las migraciones internas el culto se ha extendido a ciertas zonas de la provincia argentina de Santa Fe y, especialmente, al Gran Buenos Aires.
Sus imágenes sirven de amuleto o payé, suelen ser talladas (a excepción de la guadaña que se le añade) en una sola pieza de madera dura, hueso (en ocasiones huesos humanos), plomo etc. Se trata de estatuillas: las más altas miden 15 cm, las más pequeñas suelen medir tres centímetros y representan a un esqueleto humano con una guadaña cuya hoja es de lata. El mango de la guadaña se apoya en una plataforma a la altura de la cintura estando por su parte toda la imagen generalmente ubicada sobre otra plataforma, esta es la representación más frecuente, aunque existen estatuillas con la figurilla sentada o acuclillada, sin guadaña, con las manos apoyadas en el mentón o en la nuca: estas posturas corresponden con la iconografía católica para el Señor de la Paciencia.
Otros nombres
Además de San La Muerte se le llama: Señor de la Buena Muerte, Señor de la Paciencia, San Justo Nuestro Señor de la Buena Muerte, Nuestro Señor de Dios y la Muerte, San Esqueleto , Ayucaba, Señor que Todo lo Puede (particularmente en Formosa), San Severo de la Muerte (especialmente en Corrientes y en Formosa), o – a veces por temor– solamente San.
Imágenes del Señor San la Muerte:
Su guadaña:el Señor San la Muerte posee en su mano derecha una guadaña para impartir justicia. Señala el poder que Dios le ha dado, para impartir sobre los hombres.
Su figura esquelética que representa la similitud con todos los seres humanos, y que esta libre y desarraigado de todo pecado, sus ojos rojos: representa su conocimiento de todos los seres humanos en sus sangres. Su sonrisa demuestra el regocijo del conocimiento del ser humano ante él.
Sus mantos o capas pueden estar representados de distintos colores: negro, blanco o rojo, todos refieren al mismo señor San la Muerte, manifiestan las diferentes energías con que el devoto se acerca a él.
Su mirada ante el mundo desde su posición justa que Dios le ha otorgado para determinar las justas decisiones.
Representaciones de distintas posiciones de su imagen: La Santa Paciencia: en cuclillas, representando la búsqueda del ser humano en su reflexión ante sus anhelos y el desarrollo de la paciencia de manera de elaborar sabiduría. La Justicia, Parado con la guadaña. El Guardián: el rey sentado en el trono.
Todas las imágenes y distintas formas que poseen refieren al mismo Santo al poderoso y fiel San la Muerte.
Veneración
Este amuleto no se considera eficaz si no está bendecido, pero siendo considerado parte de un culto no cristiano la iglesia se niega a realizar bendiciones de la estatuilla o cualquier representación de San La Muerte, por este motivo sus devotos acuden a las misas católicas con estas representaciones y cuando el cura imparte la bendición el portador toma a la imagen con sus manos así le "transmite" la bendición, una alternativa es pedir la bendición de la figura a dos personas que sean consideradas católicas.
San La Muerte –se cree– hace a sus portadores invulnerables a los daños (maleficios y desgracias) y en cambio les atraen el amor y la buena fortuna, la creencia popular se basa en pedirle rezando al Santo y a cambio ofrecerle las cosas que más le gusta. Desde golosinas, wisky, cigarrillos, o flores.
Usualmente se le ponen velas (bujías, candelas) y/o se le escriben oraciones. El culto a San La Muerte aunque no tiene "días canónicos" sí considera especiales al Viernes Santo y al Día de los Fieles Difuntos.
Origen
Se encuentra en la religión guaranítica. Algunas naciones veneraban los huesos de los antepasados a quienes pedían protección contra los fenómenos naturales y las fuerzas espirituales malignas. (Otras temían el contacto con los restos humanos y los evitaban) En tiempos de las Misiones jesuíticas guaraníes, la creencia se mezcló con elementos de la fe católica, pudiendo afirmarse que el origen se puede rastrear en este sincretismo.
Existen relatos sobre el origen de este personaje, que lo describen como a un monje que fue ejecutado en la hoguera. Se pueden encontrar varias versiones de esta leyenda. Éstas, no constituyen mas que pruebas de la asombrosa y fértil imaginación del pueblo.
Principales sitios de devoción
En la provincia de Corrientes, RN 12 kilómetro 983 se encuentra un santuario que ha ido creciendo con los años. En Resistencia (Chaco), se le rinde una festividad el 15 de agosto de cada año.
Los 16 de agosto de cada año se realiza la fiesta en forma multitudinaria en el "Santuario Sede" de calle De la Peña 1505 Wilde, Avellaneda, Provincia de Buenos Aires, Argentina. Con vigilia el dia anterior y luego una peregrinación. Todos los años grupos de folklore y chamameseros se acercan a festejar en familia y junto al Santo.
LEYENDA DEL LITORAL
EL CARAU
Carau es el nombre onomatopéyico de un ave zancuda, de plumaje negro, de vuelo torpe, que habita en lagunas, esteros y bañados correntinos. Como su nombre lo indica su característica es su grito que lo emite casi toda la noche o ante la proximidad de algún extraño a la comunidad en que vive. Cuenta la leyenda que Carau fue un muchacho apuesto y muy buen bailarín, aparte de guitarrero y cantor, que vivía en compañía de su madre, para quien eran todos sus cuidados y desvelos. Pero cierta vez que ella enfermó seriamente, Carau agotó sus esfuerzos para atenderla con medicación casera, y al no tener mejoría resolvió marchar al atardecer hacia el pueblo más próximo, distante varias leguas del rancho.
En el camino encontró un baile, donde se acercó por curiosidad, pero enseguida se confundió con los bailarines, atraído por una muchacha muy agraciada, que a su vez coqueteaba con él, teniendo en cuenta que sobresalía entre todos, por su postura y elegancia. Olvidando por completo la enfermedad de su madre, continuó bailando toda la noche hasta que de madrugada un amigo le trajo la noticia que su madre había muerto.... ¡NO IMPORTA MI BUEN AMIGO - respondió Carau - hay tiempo para llorar! Sin embargo, atormentado por el remordimiento salió del baile para hacerse cargo de su madre muerta. Cuenta la leyenda que durante mucho tiempo peregrinó por el pago sin hallar consuelo. La ropa oscura que usaba, desgastada y desteñida por el tiempo y la intemperie se hizo trizas transformándose después en plumas, los brazos se volvieron alas y el cuerpo adquirió la forma de un ave.
Se largó a vivir y llorar por los esteros. Cuenta la leyenda que la muchacha que lo retuvo en el baile, también se convirtió en ave, tomando la forma de la pollona, y lo acompaña al Carau en su constante peregrinar.
Carau es el nombre onomatopéyico de un ave zancuda, de plumaje negro, de vuelo torpe, que habita en lagunas, esteros y bañados correntinos. Como su nombre lo indica su característica es su grito que lo emite casi toda la noche o ante la proximidad de algún extraño a la comunidad en que vive. Cuenta la leyenda que Carau fue un muchacho apuesto y muy buen bailarín, aparte de guitarrero y cantor, que vivía en compañía de su madre, para quien eran todos sus cuidados y desvelos. Pero cierta vez que ella enfermó seriamente, Carau agotó sus esfuerzos para atenderla con medicación casera, y al no tener mejoría resolvió marchar al atardecer hacia el pueblo más próximo, distante varias leguas del rancho.
En el camino encontró un baile, donde se acercó por curiosidad, pero enseguida se confundió con los bailarines, atraído por una muchacha muy agraciada, que a su vez coqueteaba con él, teniendo en cuenta que sobresalía entre todos, por su postura y elegancia. Olvidando por completo la enfermedad de su madre, continuó bailando toda la noche hasta que de madrugada un amigo le trajo la noticia que su madre había muerto.... ¡NO IMPORTA MI BUEN AMIGO - respondió Carau - hay tiempo para llorar! Sin embargo, atormentado por el remordimiento salió del baile para hacerse cargo de su madre muerta. Cuenta la leyenda que durante mucho tiempo peregrinó por el pago sin hallar consuelo. La ropa oscura que usaba, desgastada y desteñida por el tiempo y la intemperie se hizo trizas transformándose después en plumas, los brazos se volvieron alas y el cuerpo adquirió la forma de un ave.
Se largó a vivir y llorar por los esteros. Cuenta la leyenda que la muchacha que lo retuvo en el baile, también se convirtió en ave, tomando la forma de la pollona, y lo acompaña al Carau en su constante peregrinar.
Artistas destacados
Entre los artistas destacados de la música litoraleña pueden mencionarse a- Isaco Abitbol,
- Cholo Aguirre,
- Alma de Montiel,
- Lucas Braulio Areco,
- Ramón Ayala,
- Raúl Barboza,
- Roberto Benítez,
- Mario Bofill,
- Braulio, el mitaí montielero,
- Oscar Cardozo Ocampo,
- Emilio Chamorro,
- Tránsito Cocomarola,
- Los Hermanos Cuestas,
- Esencia Guaraní,
- Ramona Galarza,
- Grupo Integración,
- Conjunto Ivotí,
- Linares Cardozo,
- María Helena,
- María Ofelia,
- Monchito Merlo,
- Mario Millán Medina,
- Ernesto Montiel,
- Chacho Müller
- Los Musiqueros Entrerrianos,
- Los Núñez y Ruiz Guiñazú,
- Ricardo Ojeda,
- Teresa Parodi,
- Cuarteto Santa Ana,
- Osvaldo Sosa Cordero,
- Tarragó Ros,
- Antonio Tarragó Ros,
- Joselo Schuap,
- el Chango Spasiuk
- Tapeku'a y Trébol de Ases.